lunes, 5 de septiembre de 2016

DE PASEO POR EL CENTRO COMERCIAL

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Primer relato!!!! De la pagina. ..

De paseo por el centro comercial!!!
  
Esta historia comienza un día domingo 
que estaba aburrida y se me ocurrió
salir a ver tiendas para distraerme sin imaginarme la aventura que tendría.
Ese día había estado viendo televisión 
toda la mañana y aburrida de no hacer
nada más, decidí salir a dar una vuelta por un centro comercial 
que tiene
tiendas, restaurantes y cines.
Me di una ducha antes de vestirme y mientras 
lo hacía recordaba que hace
tiempo que estaba dedicada a mi trabajo por completo y no daba tiempo a mi
vida personal, tal es así que hace tiempo que no tenía un novio 
y el agua
tibia que caía en mi cuerpo, me hacia fantasear que tenia un hombre guapo 
y
fuerte acariciándome con sus manos.
Antes de vestirme me puse una crema hidratante 
en el cuerpo para que mi piel
se conserve suave y tersa. A mis 25 años estaba en la plenitud de mi 
vida y
podía ver ante el espejo mi cuerpo desnudo. Mis pechos son de talla 36 
y no
han sido vencido por el peso de la gravedad aún y los veía firmes, 
coronados
por unos pezones grandes y rosados. Debido a que me ejercitaba
continuamente, mis piernas siempre estaban tonificadas y mi trasero es
redondo y paradito sin llegar a ser grande.
Me puse un sujetador blanco sin encajes ya 
que quería sentir algo de
libertad esta tarde, aunque esto hacia que tuvieran cierto movimiento al
caminar y era el centro de las miradas de los hombres cuando esto sucedía.
Me puse unas braguitas del mismo color, pero lo que no me gustaba mucho de
ellas es que al caminar se me metía la parte de atrás de la tela 
en la raya
y eso a veces me causaba algo de incomodidad.
Como estábamos en otoño, me puse 
en las piernas un par de medias de nylon
del color de mi piel y era difícil saber si las tenia puestas o no, pero 
eso
hacía que se vean uniformes y perfectas. Finalmente me puse una minifalda
floreada de gasa y rogaba que no hubiese viento en la calle, ya que se
levantaba con facilidad. Me puse unos zapatos de taco sin talón y después 
de
peinarme, tomé un bolso tipo mochila y salí a pasear.
Llegué a este centro comercial y a medida 
que avanzaba podía ver a las
parejas demostrándose su amor en sentados en alguna banca o en alguna
heladería. El lugar donde me encontraba tenía varios niveles y 
para acceder
a ellos debía subir por unas escaleras eléctricas. Después 
de un rato de
caminar distraídamente, sentí que me observaban o que alguien 
me seguía y
cuando estaba subiendo una de las escaleras, voltee disimuladamente y pude
ver que un hombre me miraba desde abajo de la escalera y seguramente ya
habría disfrutado de la visión de mis nalgas debajo de mi falda.
El hombre tendría como 35 años, 
estaba bien vestido y era atractivo, por lo
que supuse que habría sido una coincidencia y continué mi recorrido 
hasta
llegar a un snack bar donde me senté en una mesa, y de pronto lo vi
nuevamente y se sentó en una mesa frente a mí donde seguramente 
intentaría
ver mis braguitas, ya que la minifalda era muy corta.
Había escuchado hablar sobre algunos 
fetiches sobre los pies o que se
masturbaban en los zapatos de mujer, a otros le gustaba las pantimedias y me
preguntaba si este sujeto no sería uno de ellos, así que mientras 
tomaba mi
refresco abrí un poco mis piernas para ver cual era su reacción 
y
efectivamente su mirada estaba clavada entre mis piernas y desde su posición
había podido ver que traía medias y también el color de 
mis braguitas.
Una tarde que al principio parecía aburrida 
se podría tornar en algo
excitante y decidí provocarlo mas aún. Crucé mis piernas 
pero antes mi pie
se quedó atorado en la pata de la mesa así que para destrabarlo 
tuve que
abrir las piernas un poco y lo miré a la cara en ese momento y lo vi 
que se
pasaba la lengua por los labios. Terminé mi refresco y de reojo vi que 
él se
levantaba de su mesa y seguí recorriendo el centro comercial y en todo
momento sentí que me seguía. Sería simplemente un voyeur 
o se atrevería a
hablarme en algún momento, me preguntaba.
Me detuve un momento en un escaparate donde 
vendían ropa intima de mujer y
entré a ver, ya que me gusta mucho. El entró detrás mío 
y aprovechó de
hablarme en ese momento con la excusa de que quería hacer un regalo y 
que no
sabía cual color le gustaría más a una amiga suya.
La pregunta me pareció un poco tonta, pero le dije que a mi me gustaba 
el
color negro ya que es el que mas resalta con mi piel blanca.
Se notaba por su forma de hablar que tenia 
educación y además tenia una
sonrisa muy pícara que me gustaba, así que le seguí la 
corriente. Me dijo
que tenía muy buen gusto y que eso se notaba en mi forma de vestir y 
yo le
devolví una sonrisa. Se presentó diciéndome que se llamaba 
Eduardo pero que
sus amigos le decían Edu y yo le respondí diciéndole que 
me llamaba Kathy.
Salimos de ahí sin comprar nada y caminamos 
un rato más mientras nos íbamos
conociendo. Le pregunté a que se dedicaba y me dijo que era importador 
de
ropa, pero que le costaba saber a simple vista como combinar la ropa y me
dijo que si no era mucha molestia, yo le podría dar unos consejos.
Me propuso tomar una copa y me invitó 
a su departamento que quedaba cerca de
ahí. Puesto que no tenía nada que hacer, acepté la invitación 
y nos
dirigimos a pie hasta el lugar. Debido a que el edificio solo tenia cuatro
pisos no tenía ascensor y tuvimos que subir a pie hasta el tercero y 
estoy
segura que él hubiese deseado estar debajo de las escaleras para ver 
lo que
yo traía debajo.
Entramos y tenía una sala pequeña 
con muebles de cuero y un comedor con una
mesa que tenía plataforma de vidrio. Antes de sentarme di una mirada 
a los
estantes que él tenía y podía sentir su mirada fija en 
mis piernas y mi
trasero. Sirvió dos copas y puso música de ambiente y nos pusimos 
a charlar.
Cualquier movimiento que yo hacía el miraba hacia abajo para ver si podía
ver algo y esta situación me estaba calentando y se me humedeció 
de pronto
el coño. Me comenzó a decir que era una chica linda y que le perdonará 
la
franqueza pero tenía unas piernas hermosas. Este piropo tan directo me
sorprendió y solo atiné a agradecerle.
Como ya habíamos bebido algunas copas, 
él empezó a desinhibirse y se atrevió
a proponerme que me probará una lencería que había comprado 
en una anterior
oportunidad. Le respondí que no me parecía que pudiera hacer eso 
ya que
recién nos conocíamos y no era cosa de andar mostrando mi cuerpo 
a cualquier
persona en ropa intima. Insistió casi rogándome, prometiéndome 
que no
intentaría nada y que solo quería mirar como me quedaba.
No sabía que hacer, pero ya que me había 
prometido no intentar nada le dije
está bien, pero solo puedes mirar y por último no iba a ser el 
primer hombre
que me hubiese visto vestir ese tipo de ropa. Sacó de sus cajas varios
modelos y me los entregó para que yo escogiera que ponerme.
Mientras estaba en el cuarto cambiándome pude notar que mi calzón 
estaba
humedecido y esto era por que muy dentro de mí, me gustaba lucir mi cuerpo 
y
que lo apreciaran.
Quería que él se chorreará 
del gusto y ver hasta donde podía aguantar, así
que escogí el de color negro, que es el que tiene una carga erótica 
mayor.
Me desnudé y vi que las braguitas y el sujetador eran se satín 
de tamaño muy
pequeño y las braguitas resaltaban muy bien mis nalgas y en general la
textura de la tela se sentía muy fresca sobre mi piel.
Me puse las medias que tenían una pretina de trama muy bonita y me coloqué
los zapatos que traía, y como eran negros, combinaban con lo que me había
puesto. Al mirarme al espejo pude notar que se me notaban los pezones a
través de la tela, pero ni presionándolos se achataban.
Se le iban a salir los ojos a Edu cuando me 
viera así. Le dije detrás de la
puerta que ya iba a salir y me respondió que me estaba esperando impaciente.
Salí de la habitación y lo vi parado en el centro de la sala y 
se me quedó
mirando de arriba abajo y me dijo, que monumento de mujer eres y yo me
sonreí y me pidió que diera una vuelta para ver como me quedaba 
por detrás y
me quedé así dándole la espalda. Que agradable era ser 
deseada así y quería
que me metiera mano pero solo me miraba y eso hizo que mi respiración 
se
comenzara a agitar un poco.
Voltee y se acercó hacia mi y me tomó 
de la mano, levantando mi brazo y
haciendo que dé un giro. Al girar mi otra mano chocó contra su 
pene encima
del pantalón y parece eso fue el detonante, ya que al quedar frente a 
él
metió directamente su mano entré mis piernas y con sus dedos me 
masajeaba el
coño. Agarrada así de la concha, se me acercó más 
y me besó en la boca
chupándome los labios y metiendo su lengua alocadamente. Yo le respondí 
el
beso también, porque a esas alturas también mi cuerpo quería 
guerra y separé
un poco mis piernas para que el masaje me diera mas placer.
En un momento me dijo, te voy a comer el ojete 
y se puso detrás mío y
arrodillándose me bajo las braguitas, quedando mi culo a la altura de 
su
cara. Lo contempló durante un momento y luego pegó su cara entre 
mis nalgas
y empezó a lamerme el ano. Que húmeda se sentía esa lengua 
y yo me incliné
un poco hacia adelante, para que también me lamiera la chucha y así 
lo hizo
y me mordisqueaba y lengueteaba los labios vaginales.
Se incorporó y se quedó quieto, 
así que me arrodillé ante él y desabroche su
pantalón y le bajé la truza, haciendo que su pene saliera como 
impulsado por
un resorte, tanto así que casi me da una cachetada con su verga. La tenía
toda mojada por la excitación y con una mano se la empecé a correr
lentamente, mientras le decía si le había gustado verme las braguitas 
en el
centro comercial y me dijo que sí, que me había visto las nalgas 
cuando
subía por las escaleras y que solo pensaba en lamerlas. Fue entonces 
cuando
me metí su verga a la boca sin dejar de masturbarlo y lo escuchaba jadear.
Vamos a desnudarnos me dijo y me quité 
el sujetador y las medias quedando
peladita ante él y así desnudos los dos, empezamos a hacer el 
amor. Me
volteó así parada como estaba e hizo que pusiera mis manos contra 
la pared
para apoyarme y el vino por detrás y me metió la verga en la chucha, 
me
agarró por las caderas y empezó a bombear y yo sentía que 
su verga entraba y
salía de mi coño. Debido a la posición en que estaba empecé 
a sudar por el
esfuerzo, pero valía la pena por el placer que sentía. Luego hizo 
que me
diera vuelta y así parados me puso de espaldas contra la pared y me levantó
una pierna poniéndola sobre uno de sus brazos y me la empezó a 
meter
mientras que mis tetas se bamboleaban por el movimiento y como estaba de
frente aprovechaba también para chuparme los labios salvajemente y podía
sentir la respiración que salía de sus fosas nasales sobre mi 
rostro.
Nunca imaginé que esa tarde me iban 
a culear de esa manera y me sentí feliz
de que se me haya ocurrido salir de paseo esa tarde. Mientras pensaba esto,
me rodeo la cintura con su brazo y yo rodee su cintura con mis dos piernas y
me sujetaba con ambos brazos de su cuello, mientras él me sostenía 
de las
nalgas y seguía metiendo y sacando su verga hasta que sentí que 
se corría
dentro de mi. Quedamos un momento apoyados sobre la pared y luego
descansamos un rato para luego dejarlo que me culee todo lo que quiso
durante esa tarde.
De ahora en adelante visitaré más 
seguido otros centros comerciales, ya que
seguramente tendré una que otra sorpresa en mis paseos."

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